Cuando la gente no teme lo horroroso, entonces viene el gran horror. No hagas estrechas sus viviendas, ni incómoda su vida. Pues sólo así (que no vivan en la estrechez) su vida no se hace incómoda. Así también el llamado: Se reconoce a sí mismo, pero no quiere brillar. Se ama a sí mismo, pero no busca honra para sí. Aparta lo otro y coge esto.
Apenas entendible el camino que sigue este capítulo: invitación a temer lo horroroso para prevenir el gran horror. Parece algo sin sentido que se ha perpetuado en la tradición. Es de notar ese respeto que, p.ej. en la biblia, también fueron teniendo los sacerdotes judíos con trozos repetidos o sin sentido, copiados y perpetuados maquinalmente. Algo que sólo es posible si no se oye lo que dicen, y uno se dedica a respetar la letra muerta.