El nombre o la persona, ¿qué está más cerca? La persona o la propiedad, ¿qué es más? Ganar o perder, ¿qué es peor? Ahora bien, quien pone su corazón en otro gasta necesariamente lo grande. Quien junta mucho pierde necesariamente lo importante. Quien se contenta no pasa vergüenza. Quien sabe poner freno no se pone en peligro y así puede durar eternamente.
Dos partes muy separadas: las primeras tres preguntas y el resto, que parece la glosa de esas preguntas, cargada ya de consejo y cargada de futuro: Tanto futuro como que promete la eternidad.
En la primera parte, sin embargo, hay tres preguntas sin conclusión y que dan inmediatamente qué/que hablar. Las tres preguntas comparan parejas de Realidades, y quizá el sentido esté con ellas desmintiendo que sean cosas distintas, como se pretende. Se pregunta y no hay solución: ¿será, entonces, que las dos Realidades que se comparan, son en definitiva como lo mismo?
(a) "El nombre o la persona, ¿qué está más cerca?": Más cerca ¿de qué? Parece que de mí (de nosotros), que no soy ni la persona ni el nombre. Esto sirve para eso: para desmentir que yo sea la persona o que yo sea el nombre. Pero, nótese, que preguntar así, no tiene por qué llevar a "¿Quién soy yo?".
(b) "La persona o la propiedad, ¿qué es más?": La persona y la propiedad se pueden comparar y preguntar qué es más, desvelando inmediatamente que se trata de lo mismo: de Dinero.
(c) "¿Qué es peor, ganar o perder?": "Qué es peor" y no "qué es mejor". Como hay algo que no es ni mi persona ni mi nombre, hay algo que no es ganar ni perder.
En el resto del trozo se habla contra el sentido, como p.ej.: "Quien se contenta..." o, más literalmente, "quien se da por satisfecho" o también podría parafrasearse "quien se convence de que tiene bastante" o siguiendo la jerga que usa el sector de la Felicidad: "quien reconoce que está completo, lleno"; "quien tiene una vida plena": ése no pasa vergüenza. Dejando a un lado lo de "la vergüenza", que es una palabra que el poder no puede tomar así como así, esto es un asimilación de una negación que sí está en razón: la que niega que haya que mantener eternamente lo de ahora: pero eso no es darse por satisfecho o tener bastante. La negación viene de sentir que no sabemos en verdad lo que pasa, y que reclamar que continúe algo viene de saber lo que pasa.
No queremos más pero para seguir abiertos, o sea, para no darnos por satisfechos. O sea, querer más y más (de Dinero, en definitiva) es la misma sumisión que darse por contento, que decir que uno está pleno: son las dos formas de no quitarnos el Dinero de encima.