La gran perfección debe mostrarse como insuficiente, entonces se vuelve interminable en su efecto. La gran abundancia debe aparecer como saliendo a chorros, entonces se vuelve inagotable en su efecto. La gran rectitud debe aparecer como torcida. El gran talento debe aparecer como estúpido. La gran elocuencia debe aparecer como muda. El movimiento vence el frío. El reposo vence el calor. Pureza y reposo son la vara de medida del mundo.
En la primera serie de frases (hasta "La gran elocuencia...") aunque se sienten a veces estas imágenes como lo que en realidad puede parecer cuando aparece el sentido común, parece difícil que acudir en la ayuda de palabras como 'perfección', 'abundancia', 'rectitud', 'talento', 'elocuencia' pueda servir para atacar este Régimen, porque están estas palabras muy cogidas por él.
Después, esas dos frases sueltas del frío y el calor parecen venir de otro sitio y parece que por sí mismas harían hablar a razón en ellas, advirtiéndonos contra cualquier plan de vida, ya sea quietud, ya sea acción. Parecen útiles ellas solas, sin más, y quizás sea la última frase parte de la glosa o interpolación inicial para intentar empastar los dos cachos.