El hombre cuando viene a la vida es blando y débil, y cuando muere, entonces es duro y fuerte. Las plantas cuando vienen a la vida son blandas y tiernas, y cuando mueren, son secas y rígidas. Por eso son los duros y fuertes compañeros de la muerte, los blandos y débiles, compañeros de la vida. Por eso: Si las armas son fuertes, entonces no vencen. Si los árboles son fuertes, entonces se les corta. Lo fuerte y grande está abajo. Lo blando y débil está arriba.
Dice que el hombre cuando viene a la vida es blando y débil; y podemos preguntar: ¿cuándo es eso de venir a la vida el hombre o las plantas?
Sigue con que el hombre, cuando muere, es duro y fuerte. Pero, ¿cuándo es eso de la muerte?
A lo mejor el segundo párrafo, así suelto y sin más, puede tener gracia: compañeros de la vida y de la muerte. Eso declara que la vida y la muerte están cerquita, pero nunca aquí, nunca nosotros mismos, nunca ahora. ¿Quién vive y quién muere, entonces?
El último párrafo ya es una vuelta a la ordenación.