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El sentido es el hogar de todas las cosas,
  el tesoro de los hombres buenos,
  el amparo de los hombres no buenos.

Con palabras bonitas
  se pueden hacer negocios.
Con costumbres decorosas
  se puede destacar ante otros.

Pero, a los no buenos entre los hombres,
  ¿por qué habría que echarlos?
Para eso se pone al señor y el príncipe tiene su puesto.

Aunque alguien tuviera cetros de joyas para enviarlos 
como regalo en carrozas de honor,
   eso no llegaría a igualar la ofrenda de si,
   prosternado ante el señor,
       se le ossequia con este sentido.

¿Por qué tenían los antiguos en tanto a este sentido?     
¿No es esto porque se decía sobre él:
  "Quien pide, recibe;
   quien tiene pecados, le son perdonados." ?

Por esto es lo más preciado de la tierra.



No le cojo bien el hilo, aunque parece que el primer párrafo sin más, pudiera tener buen sentido. Incluso solo la primera frase: "El sentido es el hogar de todas las cosas", porque pueden sentirse como añadidos los de "hombres buenos" y "hombres malos", una distinción que no aceptaría el sentido, y que es el camino que después sigue este capítulo: el de ir hablando del sentido como lo más valioso; lo que alguien puede tener; y, sobre todo, que lo pueden tener los príncipes.

Quizá pueda ser interesante entresacar esta frase: "Pero, a los no buenos entre los hombres, ¿por qué habría que echarlos?", entendiendo que después dice que los señores y príncipes se ponen para que no tenga que echarse a los malos: O sea, que son los encargados de llegar a compromisos; de que aguantemos asociados; de establecer el interés; todo esto en contra de la vida.