Si realmente sé lo que llama a vivir en el gran sentido, eso es ante todo la actividad, a la cual temo. Donde las calles grandes son bellas y rectas, el pueblo, sin embargo, ama los atajos. Donde las leyes de palacio son severas, los campos, sin embargo, están llenos de malas hierbas. Donde los graneros están totalmente vacíos, el vestido, sin embargo, es elegante y suntuoso. Donde cada cual lleva una espada afilada al cinto; donde se es quisquilloso en comer y beber y los bienes y mercancías están en sobreabundancia: allí impera el embrollo, no el gobierno.
La primera partecilla (la primera frase) habla contra la actividad: contrapone el sentido a ella (el gran sentido). La condicional en la frase quizá puede entenderse como una especie de contestación a los que usaran mucho eso de "vivir en el gran sentido" como sabiendo en lo que consiste: Aquí se intentaría que no se lo creyeran mucho. A saber qué es "vivir en el gran sentido", lo que se le contrapone aquí es algo negativo (no positivo): si es que sé lo que hace el sentido, es justamente negarse a hacer lo que está mandado, negarse a la actividad de la Realidad.
El resto del trozo hace una descripción política realista pero, se supone, desmentidora de las trolas oficiales. No sé hasta que punto lo es. En cualquier caso, el final es un ataque contra el sentido, porque no se deshace de la fe en un gobierno que no embrolle las cosas. Como si eso fuera posible. Véase el sentido hablando en el trozo 29, p.ej.