El hombre cuando viene a la vida
es blando y débil,
y cuando muere,
entonces es duro y fuerte.
Las plantas cuando vienen a la vida
son blandas y tiernas,
y cuando mueren,
son secas y rígidas.
Por eso son los duros y fuertes
compañeros de la muerte,
los blandos y débiles,
compañeros de la vida.
Por eso:
Si las armas son fuertes,
entonces no vencen.
Si los árboles son fuertes,
entonces se les corta.
Lo fuerte y grande
está abajo.
Lo blando y débil
está arriba.
Dice que el hombre cuando viene a la vida es blando y débil; y podemos preguntar: ¿cuándo es eso de venir a la vida el hombre o las plantas?
Sigue con que el hombre, cuando muere, es duro y fuerte. Pero, ¿cuándo es eso de la muerte?
A lo mejor el segundo párrafo, así suelto y sin más, puede tener gracia: compañeros de la vida y de la muerte. Eso declara que la vida y la muerte están cerquita, pero nunca aquí, nunca nosotros mismos, nunca ahora. ¿Quién vive y quién muere, entonces?
El último párrafo ya es una vuelta a la ordenación.