Entre los soldados hay un dicho: No me atrevo a hacer de señor, sino que mejor hago de invitado. No me atrevo a avanzar una pulgada, sino que mejor retrocedo un pie. Esto significa andar sin piernas, luchar sin brazos, lanzar sin agarrar, retener sin usar las armas. No hay desdicha mayor que minusvalorar al enemigo. Si minusvaloro al enemigo estoy en peligro de perder mis tesoros. Donde chocan dos ejércitos en la lucha, ahí vence el que lo hace con el corazón compungido.
Más consejos de moderación y humildad para lograr luchar: Nunca hacer de menos al enemigo (o sea, tener bien presente que es tu enemigo, no dejar que el enemigo se deshaga).
Quizá el párrafo central pueda ser del sentido al dar consejos que claramente en Realidad son contradictorios: Son consejos que no se pueden seguir y que sí dan que hablar sobre cómo está montada en falsedades la tan cacareada Realidad.