Hay una cosa que está consumada, cumplida y libre de cualquier diferenciación. Antes de haber cielo y tierra eso ya está ahí, así silenciosa, así solitaria. Está sola y no cambia. Corre en torno y no se pone en peligro. Se le puede nombrar la madre del mundo. No sé su nombre. Yo la designo como sentido. Dándole con dificultad un nombre, la llamo "grande". Grande, que significa siempre en movimiento. Siempre en movimiento, que significa distancia. Distancia, que significa que vuelve. Así, el sentido es grande, el cielo grande, la tierra grande, y también el hombre es grande. Hay cuatro grandes en el espacio, y el hombre está también entre ellos. El hombre se guía por la tierra. La tierra se guía por el cielo. El cielo se guía por el sentido. El sentido se guía por sí mismo.
Quizá las dos primeras frases puedan sentirse en razón glosándose así: Hay algo libre de límites (y no cumplido). Algo que está sin necesidad de cielo y tierra. Sin necesidad de Realidad.
Quizá algo así pueda pasar. El resto, más bien es querer saber lo que no se sabe, y va desembocando en frases cada vez más cargadas de fe.