Si en la tierra todos reconocen lo bonito como bonito, entonces con eso ya se ha establecido lo feo. Si en la tierra todos reconocen lo bueno como bueno, entonces con eso ya se ha establecido lo no-bueno. Porque ser y no-ser se producen uno al otro. Pesado y ligero se completan uno a otro. Largo y corto se forman uno a otro. Alto y profundo se trasforman uno en otro. Voz y tono se casan uno con otro. Antes y después se siguen uno a otro. Así también el llamado: Se mantiene en la acción sin obrar. Practica la enseñanza sin hablar. Se presentan todos los seres y él no se niega a ellos. Produce y no posee. Obtiene y no guarda. Si está la obra acabada, entonces no permanece en ello. Y precisamente porque no permanece, no queda abandonado.
Las dos frases primeras no tienen la misma forma. La primera habla de lo bonito y lo feo, dos significados. La segunda habla de lo bueno y lo no-bueno, un significado y algo que lo niega y no pone otro significado (que, como curiosidad, parece que en chino ocurre igual).
Como después de esas frases -que parecerían ejemplos- se habla del caso general de lo que es y lo que no es, podemos empezar por ver eso: La tercera frase dice: "Porque ser y no-ser se producen uno al otro":
(a) "Ser bonito", cuando intenta predicar verdad, se puede decir (realistamente) que es lo que provoca que salga la negación de verdad, la negación en contra y se diga: "No es bonito". O sea, se puede decir de alguna forma que el ser (decir que algo es algo) produce que se niegue esa mentira. Así, puede decirse que ser produce No-ser.
(b) Para decir que algo es bonito se requiere que haya algo fuera de él, que lo rodea, que no es bonito: sin eso, no podría ser bonito justamente eso que se dice bonito. Para decir que una cosa es algo, se necesita que donde termina esa cosa, ya no es ese algo. Pero reconocer esa necesidad, se ve claro que no es lo mismo que decir que "No ser bonito produce lo que es bonito" (que sería la otra parte de la frase, que el no-ser produzca el ser). Si decimos que no es bonito; si decimos que lo que hay no sé lo que es, eso no produce lo bonito: no produce nada.
No se ve motivo para esa mutua producción. Quizá las dos primeras frases no sean ejemplos, sino que hable el sentido por ellas, y esta tercera frase esté interpolada. Las dos primeras frases hablan de que "todos reconocen en la tierra...". Parece una descripción acertada de cómo está establecida la Realidad: reconocer (saber) que esto es lo bueno, establece también el límite de lo que no es lo bueno. Saber lo que es bueno establece lo que no es bueno. Saber, convenir, crea el contrario. Crea lo de fuera del ser, lo de fuera de lo que es, p.ej., bonito. Lo de fuera de lo que es bonito (si, por ejemplo, lo pensamos como una bola bonita) queda inmediatamente también "totalizado", convertido en algo cerrado: porque lo de fuera de la bola bonita tiene también esa misma frontera que establece la bola: y si de verdad fuera sin fin, si de verdad estuviera abierto lo que queda fuera de la bola, no podría tener ninguna frontera: no puede ser sin fin teniendo un confín en la bola.
La lista de parejas que aparecen a partir de la cuarta frase se puede decir, entonces, que en Realidad está establecido el cotarro según se dice ahí, pero eso es sólo consecuencia de lo que hemos dicho antes: no es que lo bonito y lo feo se creen uno a otro, sino que lo bonito, por ser bonito, establece algo Real fuera de él: que se le llame o no feo, que se llame lo no-bonito, es ya secundario, y por eso se pueden admitir las dos primeras frases como en buena serie: ya sea con dos significados contrarios, ya sea con un significado y su negación.
Así, la tercera frase, es un intento contra el sentido de querer poner en el mismo saco lo positivo, lo que sabe, con lo que es negativo, con lo que niega, intentando establecer eso de los contrarios que se complementan y que se crean uno a otro. Pero lo que no se sabe, ni crea ni necesita para nada las sabidurías que andan por ahí más o menos rigiéndonos. Lo que no se sabe es lo mismo que lo que no es lo que es. Esta mentira es de notar que está muy arraigada y defendida en las Ciencias a través de lo que esplican como "Lógica" o "Lógica formal", en donde una y otra vez (mintiendo) se pretende que si p es una proposición (o sea, que dice algo de la Realidad), entonces "no p" también es otra proposición (o sea, que también es un saber de la Realidad), cosa assurda: es la negación de que se sabe, no un saber, no una proposición. Por eso, no tiene empacho la Ciencia en, a su vez, decir que esa negación se puede otra vez negar, y que vendría a valer de nuevo por p. Se trata de la falsificación que aquí mismo, en este libro de unos milecitos de años, estamos denunciando. La negación -es fácil de comprobar- no se puede negar. Si yo digo "Hace frío" y sale una voz que dice "No", yo no puedo, a mi vez, para ir contra esa voz, decir "No". La lengua no lo permite. Muy razonablemente, claro. Lo que puedo hacer es volver a decir la afirmación "Hace frío", como hace la tele, que repite las cosas sin parar en nada. Pero no puedo negar una negación, porque como la negación no dice nada (más que "no" a lo que niega, a lo que ha sonado antes) pues no puede usarse el "no" para ir en contra de un "no", porque el "no" es siempre "no" a algo positivo.
El trozo final, en el que se habla del "llamado", a pesar de ello (todos los trocitos que empiezan así son espresamente morales, por describir lo que hace el llamado, o sea, lo que hay que hacer para ser uno de ellos) puede traer algo de sentido dentro (algo de negación de las mentiras reinantes). Parecen menos realistas de lo que es normal en estas descripciones del sabio o llamado:
"Mantenerse en la acción sin obrar" es suficientemente contradictorio como para no ser muy realista.
Lo de "enseñar sin hablar" ya es más dudoso que pueda escaparse a la asimilación. Porque enseñar ¿qué se va a enseñar sino a enseñar a saber?
"Se presentan todos los seres y él no se niega a ellos": sí puede ser una negación en contra de lo que el saber hace con nosotros, que es crear supersticiones, prevenciones, escándalos, etc., para cuando se nos presente delante esta o aquella Realidad. Cuanto más nos dejemos llevar por ese saber, más nos vamos retirando de la posibilidad de desenmascarar la mentira de que las cosas sean lo que son y es ésa la forma que tienen las Realidades de seguir rigiendo en este mundo. No dejar acercarse algo es lo que la fe manda. Para atacar a las Realidades, a los "seres", precisamente lo que no se puede hacer es volver la cabeza. Preguntarle a uno de esos seres "¿Qué eres?", es el estremo de hacerles caso, de no negarse a ellos; de no escandalizarse; y es por donde, por otro lado, les viene el peligro a esos seres: el peligro de que se sospeche de que no son lo que son (y por tanto dejen inmediatamente de intimidar, de meter miedo, de escandalizar o lo que sea).
"Produce y no posee", ya está cargado de fe en que es "uno", "el llamado" el que hace por su cuenta las cosas (y no hay razón para esa fe). Que después no lo posea, es de poca monta en comparación con la posesión imborrable que resultaría "ser el autor".
"Obtiene y no guarda" es un consejo realista, de austeridad. Un consejo de ermitaño.
Y, de la última frase hay que preguntar: ¿Cuándo está algo acabado? A pesar de eso, siempre me parece que lleva algo de buen sentido el aviso de no persistir algo así como en lo muerto. Pero no deja de ser una frase esta última muy rotunda (muy redonda): nunca queda abandonado; obra acabada. Suena a saber mucho. A saber lo que no se sabe.