Los colores de cinco clases hacen ciegos los ojos de los hombres. Los tonos de cinco clases hacen sordos los oídos de los hombres. Las especias de cinco clases hacen insípido el paladar de los hombres. Correr y cazar hacen los corazones de los hombres locos. Las posesiones raras hacen las costumbres de los hombres embrolladas. Por eso el llamado actúa para el cuerpo y no para el ojo. Aparta aquello y toma esto.
Las tres primeras frases parecen el trozo donde habla el sentido: las clases de colores o de tonos o de especias, es lo que se sabe: la Realidad con sus tipos conocidos de cosas. Y lo que se sabe está siempre intentando que ya no podamos ver; que ya no podamos sentir lo que venga (porque ya está sabido de antemano); o sea, dicho más a lo llano todavía: Saber está intentando que no nos pase nada: que seamos ciegos, sordos, insípidos: muertos.
Esta lista de ejemplos es así, entonces:
- Conozco los colores. Los colores sabidos intentan impedir que veamos lo que hay ahí; ver de verdad.
- Conozco los tonos. Los tonos conocidos intentan impedir que oigamos lo que hay ahí; oír de verdad.
- Conozco los sabores. Los sabores conocidos intentan impedir que saboreemos lo que hay ahí; saborear de verdad.
Y añadimos nosotros esto:
- Me conozco a mí. Conocerme a mí intenta impedir... ¿qué, de lo que hay ahí? Conocer mi persona intenta impedir que pase, ¿qué?